El ámbar se conoce por ser una antigua savia equilibrante, revitalizante y limpiadora. Es resina de árbol solidificada y fosilizada. Tiene intensas conexiones con la tierra y es una piedra que asienta las energías superiores. El ámbar es una poderosa sanadora y limpiadora que aleja las enfermedades del cuerpo y favorece la revitalización de los tejidos. También limpia el entorno y los chacras. Absorve las energías negativas y las transmuta en fuerzas positivas que estimulan la autosanación corporal
El ambar aporta estabilidad a la vida, pero también motiva, vinculando el objeto de deseo con el impulso para conseguirlo. Ayuda a contrarestar tendencias depresivas o suicidas.
Estimula el intelecto, despeja la depresión y favorece un estado mental positivo, despeja la depresión y favorece un estado mental positivo. Aporta equilibrio y paciencia, y favorece la toma de decisiones, siendo de ayuda para la memoria. Favorece la paz y desarrola la confianza.
Ayuda a mantener la salud del cuerpo, favoreciendo la auto sanación. También es conocida por sus propiedades analgésicas y antiinflamatorias. Colocada sobre las partes doloridas ayuda a calmar y a sanar la zona. Se considera una piedra de conexión con la tierra. El ámbar potencia la vitalidad, calma el estrés y fomenta una visión positiva de la vida. A nivel curativo se dice que favorece las funciones del aparato digestivo y las articulaciones, ayuda a revitalizar los tejidos y a ejercitar la memoria.
El ámbar no se considera un mineral, ya que es una resina fosilizada procedente de árboles, arbustos y otras plantas extinguidas. La resina de estos árboles se secó hace unos 40-60 millones de años, aunque se han encontrado piezas de ámbar mucho más antiguas. A veces el ámbar presenta inclusiones de restos vegetales o animales como flores, musgos, hormigas y mosquitos. Gracias a estas inclusiones y a través de la paleontología se obtiene conocimiento de la vida de hace millones de años. El ámbar más abundante es el amarillo, naranja o marrón, pero también hay ámbar rojo, negro, blanco, azulado y verdoso.
Yacimientos: Rusia, Lituania, Letonia, Estonia, Polonia, Dinamarca, Noruega, Italia, Inglaterra, Alemania, República Dominicana, Myanmar, Líbano, México, Rumanía, Alemania, Canadá, China y Japón.